viernes, 15 de junio de 2012

Las gaseosas y su efecto en la hipertension arterial

La presión elevada o hipertensión arterial es la enfermedad crónica más frecuente en los países desarrollados (1). El porcentaje de adultos hipertensos en el mundo va en aumento, en los EEUU hoy supera el 30%. Asimismo es alarmante que cada vez se vea gente más joven hipertensa, notándose incluso en adolescentes.

Esto trae graves consecuencias, porque la presión alta es un factor de riesgo import…

La presión elevada o hipertensión arterial es la enfermedad crónica más frecuente en los países desarrollados (1). El porcentaje de adultos hipertensos en el mundo va en aumento, en los EEUU hoy supera el 30%. Asimismo es alarmante que cada vez se vea gente más joven hipertensa, notándose incluso en adolescentes.

Esto trae graves consecuencias, porque la presión alta es un factor de riesgo importante para presentar un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca e insuficiencia renal. Si bien existen medicamentos efectivos para controlar la presión elevada, la gran mayoría de hipertensos no los recibe, o peor aún, muchos desconocen que tienen la presión alta.

La presión alta es un factor de riesgo importante para presentar un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca e insuficiencia renal.

Por lo señalado, es importante identificar posibles factores sobre los que se pueda intervenir y que contribuyan en disminuir el incremento del número de hipertensos. La presión alta se ha asociado a la dieta y a la cultura occidental (ingesta excesiva de sal, sobrepeso - obesidad, inactividad física, hábito tabáquico, estrés, etc.), pero siempre se cuestionó si el exceso de ingesta de fructosa pudiese ser un factor contributario.

La fructosa es una molécula sencilla que forma parte del azúcar que usamos en la mesa para endulzar y que se encuentra normalmente en las frutas, pero que se usa principalmente para endulzar las gaseosas, que es la principal fuente de ingesta.

Estudios en animales sugieren que el exceso de fructosa se asocia a presión elevada, sin embargo los estudios en humanos han tenido resultados conflictivos.

En un estudio recientemente publicado se evaluaron a más de 4,500 adultos saludables de los EEUU elegidos al azar, midiéndose en ellos la presión arterial y, a través de un cuestionario, la ingesta de fructosa en su dieta. Adicionalmente se registraron edad, sexo, raza, hábito tabáquico, antecedentes de diabetes, nivel de actividad física, peso, talla y medición en sangre de glucosa, ácido úrico y perfil lipídico; finalmente del cuestionario se obtuvo información del resto de componentes de la dieta: ingesta de sal, carbohidratos, alcohol, etc.

De los 4,528 evaluados se encontraron a 1,369 con prehipertensión (30%, presiones mayores de 12/8 pero menores de 14/9) y 355 hipertensos (8%, presiones mayores o iguales a 14/9), observándose que la ingesta de fructosa en promedio al día fue de 74 gramos diarios (equivalente a 2 gaseosas y media al día).

Luego de corregir (anular estadísticamente) el efecto de los otros factores que contribuyen a elevar la presión arterial, los autores llegaron a la conclusión de que a mayor ingesta de fructosa, mayor propensión a tener la presión alta. Incrementó el riesgo en 77% para tener la presión claramente elevada (mayor de 16/10) y en 30% de tener una presión mayor de 14/9.

Aprovecha los beneficios de la fruta

¿Comer frutas conlleva riesgo de sufrir de hipertensión arterial? No, las frutas contienen entre 4 a 10 gramos de fructosa por porción, mientras que una lata de gaseosa dulce puede llegar a tener 40 gramos de azúcar, la mitad como fructosa y el resto como glucosa. Además de tener bastante menos fructosa, las frutas contienen antioxidantes y fibra que no tienen las gaseosas.

Reflexiones Finales

Este estudio demuestra la asociación entre la ingesta elevada de fructosa (cuya fuente principal son las gaseosas dulces) y el riesgo de presentar la presión alta. La ingesta de gaseosas dulces también se ha asociado con exceso de peso en la niñez y adolescencia, una razón más para recomendar su uso limitado incluso desde la infancia.

En toda consulta médica debemos solicitar se nos mida la presión arterial, pues muchos podemos ser hipertensos y no tener ninguna molestia. Descubrir la presión alta lo más pronto y sobre todo controlarla, bajará nuestro riesgo de sufrir sus consecuencias.

La mejor estrategia para no sufrir de la presión alta continúa siendo comer bajo de sal, ser activos
físicamente, mantenernos en un peso saludable, no fumar y ahora en limitar la ingesta de gaseosas.

Referencias Bibliográficas:
(1) Jalal DI, Smits G, Johnson RJ, Chonchol M. Increased Fructose Associates with Elevated Blood Pressure. J Am Soc Nephrol. 21, 2010 p 1-7.

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