El coronel es un veterano de guerra que vive en la costa atlántica de Colombia junto a su esposa asmática. La acción se desarrolla en 1951 e inicia una mañana de octubre cuando el coronel se prepara para asistir a un funeral.
Sin fuente de ingresos, la esperanza del coronel es un gallo de pelea que ha estado alimentando en su casa, esperando que pelee y gane en las apuestas. El coronel en el puer…
Sin fuente de ingresos, la esperanza del coronel es un gallo de pelea que ha estado alimentando en su casa, esperando que pelee y gane en las apuestas. El coronel en el puer…
Sin fuente de ingresos, la esperanza del coronel es un gallo de pelea que ha estado alimentando en su casa, esperando que pelee y gane en las apuestas. El coronel en el puerto ve desembarcar al administrador de la oficina postal, al cual sigue hasta la oficina de correos. Espera recibir una pensión por participar en la guerra civil, pero durante muchos años ya, no recibe nada. Su médico, el cual se encontraba también en la oficina, le presta el periódico, el cual ha sido censurado.
Luego, el doctor visita al coronel para auscultar a su esposa, y luego le da al coronel una carta con información que había sido censurada en los periódicos. Mucho después, la pareja charlan sobre lo que deben hacer con el dinero que les queda, convenciéndola de comprar maíz para el gallo.
Tiempo después, el coronel envía una carta al estado por su pensión. El maíz comprado para el gallo se acaba, y el coronel empieza a alimentar con frejoles viejos. Su esposa le expone que debería vender su viejo reloj, a Alvaro el sastre del pueblo. Al dirigirse hacia la sastrería, se encuentra con amigos de su hijo Agustín, a quienes les ofrece obsequiarles el gallo a cambio de cuidarlo hasta las peleas de enero.
Su compadre don Sabas, le dice que el gallo podría valer 900 pesos. El coronel, al saber que su esposa ha empeñado sus anillos, decide vendérs el gallo a don Sabas. Don Sabas le responde que tiene un cliente que pagaría 400 pesos. El médico le dice al coronel que no se lo venda, pues don Sabas iba a ganar 500 pesos con la reventa del gallo.
Pero don Sabas sale de viaje y aún no cierran el trato. El viernes otra vez el coronel acude al puerto recordando que ese día comenzarían los entrenamientos del gallo de pelea, y al pasar por la gallera el coronel encuentra a su gallo. El coronel va a recogerlo y recibe la ovacion del público, y en medio de una gran confusión se lleva al gallo a su casa, decidiendo no venderlo. Finalmente, discute con su esposa, quien le reprocha la falta de dinero. La novela termina con la célebre escena final donde su esposa pregunta: "Dime qué comemos" y el coronel se arma de valor y le responde: "Mierda".
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